Mensaje a los seminaristas

Queridos compañeros el Señor nos invita constantemente a que nos encontremos con Él; nunca podremos ser verdaderos discípulos si no hemos tenido un encuentro personal con cristo, por que le estaríamos siguiendo con otros intereses y no con el ideal de enamorarnos de Él y darlo a conocer a la humanidad.
Los invito hermanos a que nos encontremos con Dios que habita en lo más profundo de nuestro corazón y de nuestro ser y que solo en el silencio y la Oración le escucharemos decir: Te amo.
Sentirnos amados por Dios debe ser el piso que mueva nuestras vidas; porque solo el amor es la luz que revela mí pecado, y mientras yo no me sienta amado por Dios , no me daré cuenta de la acción devastadora que el pecado ocasiona en mi vida.
Dios te ama, no esperes en dejarte amar por Él, siente ese amor tan grande que Dios te tiene , es infinitamente grande; es tan grande que Él quiso traerte al seminario pera sacarte de todas aquellas distracciones del Mundo que no te dejaban escuchar su voz y para que te dieras cuenta que Él esta contigo y que siempre lo ha estado ; Él te ha llevado en sus brazos cuando el sufrimiento y el dolor te han golpeado, Él carga la cruz contigo ;Él es el Buen Pastor y ha salido en tú búsqueda cuando, tú te habías perdido y descarriado, y te encontró , y te ha traído a este lugar para que estés con Él y para curarte, todas esas heridas del pasado; deja que vende y sane todas tus heridas y dolencias , deja que Él perdone todos tus pecados; únete a Él para que puedas vencer la tentación, ya que en este Mundo siempre estaremos expuestos a la tentación; pues el mismo Hijo de Dios fue tentado y tubo temor al saber lo que le esperaba; pero su amor por ti es tan grande que venció el temor y derramo toda su sangre en una cruz, murió y resucito y hoy vive en ti y te pide que seas un espejo donde se refleje su vida , te pide que ardas de amor y eches fuera el temor, y habiendo alcanzado a plenitud del amor podrás dar la vida y desgastarte en el servicio a los hermanos, porque en tus hermanos veras a Jesús, y en Jesús veras a Dios, y en Dios podrás contemplar la gloria.